Villa La Angostura
Le pelearon a las cenizas y hoy festejan la recuperación
Cuando muchos se iban ellos se quedaron. Cuentan cómo hicieron para salir adelante.
Otro paisaje. Solidarias, Ursula, Marcela, Carolina y Elizabeth ayudaron para cambiarle la cara a la ciudad.
Villa La Angostura. Enviado Especial - 04/06/12
Rosa Mathias es el ejemplo del arraigo y la paciencia . “No cambio por nada Villa La Angostura. Conozco Buenos Aires, Mar del Plata, Neuquén pero nada es como esto”, dice, y señala la cumbre nevada del cerro Bayo. La erupción dejó a esta mujer y a su marido sin trabajo aún hasta hoy; ella apenas junta unos pesos haciendo reemplazos de mucama en algunas hosterías. “Sobrevivimos con changas, pero igual estamos tranquilos y agradecidos a Dios y a la ayuda que nos dan; lo peor ya pasó”, cuenta Rosa, que admite que lo único que la hizo pensar en irse de donde nació hace 57 años fue el cambio del paisaje. “ No soportaba no ver el Sol . Me sentía muy mal pero a la vez pensaba que yo no podría vivir en otro lado”, relata esta mujer de hablar pausado, madre de seis hijos, abuela de tres, que empezó a trabajar en el campo a los 11.
Rosa no olvida el llanto de su madre cuando ella tenía cinco años. Habla de la erupción de 1960. “Empezó a caer ceniza, como el año pasado, el lago se puso enfurecido y mi madre lloraba”, cuenta. Lo mismo le pasó a ella en junio de 2011. “Bajé al centro y vi todo tapado de arena gris y no sé, no me puse triste, pero no pude contener el llanto . Esta última fue peor que aquella”, asegura.
Mes y medio antes de que explotara el volcán chileno, el chef Gabriel De Lafore, el arquitecto Alejandro Camacho y su esposa Natalia Granzurger, experta en cerveza, abrieron el local de Bauhaus, la cerveza artesanal que ellos crearon. “Fue duro, raro, y a pesar de momentos difíciles, de estar 20 días sin luz, no pensamos en cerrar, sino siempre en seguir y darle para adelante ”, cuenta De Lafore, mientras prepara unas exquisitas salchichas alemanas en su local. Nada los desmotivó. “Amamos la Villa, amamos el producto que hacemos y además empezamos a recibir ayuda del Estado al poco tiempo”, explica Granzurger. “Era muy complicada la incertidumbre, no había horizonte pero por suerte hoy sentimos que podemos empezar de cero.
Esto era Kosovo hace un año , fue duro levantar las cenizas y mirar adelante, pero nunca perdimos el optimismo”, dice con orgullo De Lafore.
Sacar los 40 centímetros de arena volcánica de los terrenos no era fácil y había que tener dinero y herramientas para hacerlo. En eso pensó Marcela Pague cuando decidió armar junto a Ursula Schuch, Carolina Schulten y Elizabeth González Allende la ONG Reconstruyendo Angostura. Con la ayuda de los vecinos y de algunos famosos juntaron dinero para pagarle a desocupados que pudieran limpiar los terrenos de gente que no tenía cómo hacerlo. Con las donaciones pudieron emplear entre octubre de 2011 y mayo de este año a 10 personas por mes. “Así limpiamos 36 mil metros cuadrados, unos 500 camiones o 44 mil carretillas ”, cuenta Pague. “Jamás pensamos en irnos, por eso fue buena la idea de ayudar. No nos podía sacar el volcán porque amamos este lugar”, comenta Schuch, que llegó hace 12 años a la Villa. Como tantos otros Pague cree que la erupción del Puyehue unió a un pueblo sin identidad . “Maduramos como sociedad, nos fortalecimos y salimos adelante en nuestro lugar”, dice Pague, quien hoy, con el festejo por la recuperación, cerrará la ONG; “Conseguimos ayudar a los que necesitaban.
La Angostura está reconstruida ”.
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