Showing posts with label CEREBRO. Show all posts
Showing posts with label CEREBRO. Show all posts

Monday, February 11, 2013

VIDA - Solo con pensar logran generar movimientos - URUGUAY



Los avances en el desarrollo de interfaces cerebro-máquinas posibilitarían mejorar la vida de personas discapacitadas. La misma tecnología se aplica en videojuegos de última generación.


Una mujer que no puede moverse de la cama consigue con su cerebro desplazar a un robot que le permite recorrer buena parte de su casa, ver qué está sucediendo e interactuar con algún miembro de su familia. También puede desplazar el cursor de su computadora o darle órdenes a un brazo artificial. Un hombre, con artrosis, consigue acercar su mano con un guante especial a una botella y logra agarrarla, servirse y luego dejarla.
Esos son solo algunos de los últimos progresos en el desarrollo de interfaces cerebro-máquina (Brain Computer Interfaces, BCI ), un campo de investigación que tiene ya varias décadas pero que en los últimos años logró resultados que comienzan a cambiar la vida de los discapacitados.
Los avances se difundieron en el marco del anuncio esta semana por parte de la Comisión Europea de que el Proyecto Cerebro Humano (Human Brain Project) será buque insignia en el área de la ciencia para los próximos años. La iniciativa es ambiciosa: simular todas las funciones del cerebro basándose en supercomputadoras. Para ello invertirán diez años, la colaboración de 80 instituciones y un presupuesto de, por lo menos, 1.190 millones de euros.
En los últimos días un equipo de científicos europeos presentó varios progresos. Se trata de investigadores que trabajaban desde hace cuatro años en el Proyecto Tobi (Herramientas para la interacción cerebro-computador por sus siglas en inglés), una iniciativa coordinada por la Escuela Politécnica Federal de Lausana, que con un presupuesto de 12 millones de euros desarrolló durante cuatro años (hasta enero último) tecnología práctica para la interacción entre el cerebro y las computadoras.

Durante la investigación participaron más de cien personas con discapacidad. Lo primero que hicieron fue identificar las áreas en que el BCI podía tener un impacto real en esa población: comunicación y control; reemplazo o recuperación motora; y entretenimiento.
Los científicos consiguieron desarrollar una serie de tecnologías que incrementan la comunicación de personas con discapacidad, que tienen así la posibilidad dar órdenes al cerebro y poder sustituir lo que tradicionalmente se hace con un teclado estándar o con el mouse. También crearon una interfaz gráfica adaptada a la navegación para personas con discapacidades severas. A través del pensamiento, el paciente mueve un cursor en una estructura de árbol para alcanzar rápidamente un personaje o una acción deseada.
A su vez, desarrollaron un pequeño robot ("Robotino") que permite a una persona sin posibilidades de moverse reconstruir vínculos sociales gracias a que es controlado a distancia con el pensamiento. Para conseguirlo asociaron la electroencefalografía, el reconocimiento de signos, detectores de obstáculos e Internet. Una vez que todos esos elementos funcionaron entre sí, el paciente fue capaz de "pasearse" virtualmente en un entorno familiar gracias a la cámara y a la pantalla incorporadas al robot.
En diciembre, se había presentado otro caso con resultados sorprendentes: una paciente paralizada desde el cuello para abajo, internada en una clínica de rehabilitación en Suiza, con un brazo robótico controlado por el cerebro pudo alimentarse por sí misma -cumplió su sueño de agarrar y comer sola un chocolate- y logró mover objetos de uso cotidiano. Para ello fue necesario colocar pequeños implantes en la corteza izquierda de su cerebro, la parte que da inicio al movimiento. "La mujer hizo las maniobras con la coordinación, habilidad y velocidad casi similar a la de una persona sana", dijo el autor principal del estudio, el profesor Andrew B. Schwartz, de la Universidad de Pittsburgh al publicar su investigación en la revista The Lancet.
VIDEOJUEGOS. Con tecnología similar varias compañías apuntan también a ampliar el mercado de los videojuegos. "OpenVibe 2" es el nombre del proyecto más revolucionario: usa el pensamiento del jugador para controlar las acciones que transcurren en el juego. Si éste piensa en mover la mano izquierda, una pelota en la pantalla se trasladará hacia esa dirección; si piensa en mover alternadamente los pies, una nave de La Guerra de las Galaxias emprende el vuelo.
La semana pasada, el equipo de científicos del Instituto francés de investigación en informática (INRIA) presentó detalles del proyecto. Jonathan y José, quietos frente a la pantalla y con una especie de gorra de baño con decenas de electrodos en su cabeza, eran los jugadores. Primero los hacían mover las manos, abriendo y cerrando los dedos repetidamente y la pelota en la pantalla comenzaba a moverse. Luego, ni siquiera tenían que mover la mano, sino concentrarse y pensar que lo estaban haciendo. "El objetivo es meter un gol y para eso tienes que tener mejor control mental que tu adversario", dijo Jonathan. De todos modos, esa tecnología aún está en pañales.
Microsoft también está revolucionando la escena. Su división de investigación, Microsoft Research, mostró IllumiRoom, un desarrollo que parece sacado de la película Minority Report. "Difumina la línea que hay entre el contenido en pantalla y el entorno en que nos encontramos, permitiendo combinar el mundo físico y virtual", dice en el blog de Microsoft Research Andy Wilson, quien lidera el equipo de este producto. Usan el dispositivo Kinect (dotado de cámaras y sensores) para escanear la habitación donde se va a jugar. Luego, proyectan en ella imágenes que convierten a la pieza en una extensión del televisor. Puede transformarse en un callejón sin salida durante un juego de acción o en una selva tropical en uno de aventuras. *En base a El Mercurio/GDA

Tuesday, October 2, 2012

SOCIEDAD - Los recién nacidos distinguen idiomas y generan conceptos - URUGUAY

Pediatría. Expertos demuestran que no nacen con el cerebro "en blanco"


Los bebés tienen una vida mental secreta. Cada vez son más los estudios que sugieren que son capaces de conceptualizar, explorar, imaginar y distinguir vocablos e idiomas. Y lo más sorprendente es que lo hacen desde que nacen.

En el siglo XVII, el filósofo inglés John Locke pensaba que el cerebro de los bebés era una pizarra en blanco y que las destrezas que caracterizan a los humanos se adquirían con posterioridad.

Recientes investigaciones destierran aquella idea y prueban la existencia de capacidades innatas. Los bebés son más inteligentes de lo que se pensaba: llegan equipados con la capacidad de desarrollar pensamiento abstracto o conceptos como la causalidad, de atribuir intencionalidad, de comprender una matemática y una geometría rudimentarias, y hasta de distinguir fonemas.

"Este es uno de los más grandes cambios de paradigma de la ciencia contemporánea", dice Mariano Sigman, director del Laboratorio de Neurociencia Integrativa de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Claro, averiguar qué está pasando en la cabecita de esas irresistibles criaturitas no es sencillo. Como es imposible preguntarles, los investigadores utilizan herramientas co-mo la "permanencia de la mirada" (los bebés miran durante más tiempo lo que les interesa) o registros del ritmo de succión del chupete y de la actividad eléctrica del cerebro.

LENGUAJE.

Uno de los pioneros en este campo de investigación, Jacques Mehler, mostró que al nacer ya existen ciertos procesos perceptivos que funcionan con especificidad hacia el lenguaje. Por ejemplo, los bebés distinguen si se les habla en su lengua natural o con frases invertidas. Reaccionan distinto.

"Uno de los experimentos clásicos", explica Sigman desde la UBA, "es pasarles una grabación con voces en castellano que de repente empiezan a hablar en japonés. Típicamente se ve que los bebés se sorprenden mucho".

Sigman descubrió algo notable: a los tres meses, cuando se les habla, en el cerebro de los bebés se activa el área de Broca. "Como es la región vinculada con la producción del lenguaje, nuestra hipótesis es que aunque no esté hablando, el bebé ya lo está produciendo internamente".

La investigadora chilena Marcela Peña Garay, de la Pontificia Universidad Católica de Santiago de Chile, está entre los que sostienen que los bebés vienen equipados con un aparato cognitivo que les permite identificar características importantes para la especie.

"Por ejemplo", ilustra, "aunque un bebé viva con un perro no aprende a ladrar, y por más que escuche el timbre del celular no reproduce estos sonidos sino el lenguaje de sus padres o cuidadores".

CON POCOS DÍAS.

En otro trabajo publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, la científica francesa Veronique Izard pudo comprobar, en recién nacidos de dos días, que estos discriminan la cantidad de sonidos que escuchan y los asocian con la misma cantidad de elementos presentes en una imagen.

"Se les hacía escuchar AAAA y se les mostraban cartones con cuatro u ocho figuras de colores", relata. "Los bebés miraban durante más tiempo la imagen con una cantidad de figuras que coincidía con el número de sonidos que habían escuchado."

Otro indicio de que ya vienen equipados con los rudimentos de la matemática surge de un experimento que consiste en agregar tres pelotitas en una caja en la que ya hay dos. Si en lugar de cinco aparecen ocho, los bebés se sorprenden.

Peña y su equipo observaron también las reacciones de un grupo de bebés de entre dos y cuatro días de vida mientras distintos locutores repetían la sílaba BA. Usando electroencefalograma y potenciales evocados (es decir, el registro de las modificaciones producidas en el sistema nervioso del niño en respuesta a una estimulación), pudieron constatar que reconocían la sílaba aunque las voces de la cinta cambiaran.

John Ohala, de la Universidad de California en Berkeley, propone que hay una tendencia a asociar las vocales abiertas con los objetos grandes y las cerradas con los pequeños. "Nosotros hicimos escuchar a los bebés palabras con i -vocal cerrada- y con a -vocal abierta-, mientras les mostrábamos un objeto pequeño y uno grande", cuenta Peña. Efectivamente, miraban más hacia el objeto pequeño cuando la vocal era i y hacia el grande cuando era a ".

Según Sigman, los antiguos dogmas "fueron demolidos experimentalmente". "Como afirma una científica de la Universidad de Berkeley, los bebés son pequeños científicos: son expertos en sacar mucho de muy poco".

LO QUE SÍ NACEN SABIENDO

Empáticos desde chicos

A las pocas horas de vida extrauterina los bebés se ponen a llorar si escuchan una grabación con llantos de otros bebés. También se sorprenden si vienen oyendo hablar en la lengua de su entorno, por ejemplo el castellano, y de un momento para otro alguien habla en otro idioma.

Capacidad matemática

Si se les hace escuchar 4 sílabas y luego les muestran imágenes prefieren las que tienen la misma cantidad.

Con claves geométricas

Los bebés pueden estimar cantidades y distinguir entre más y menos. Además usan claves geométricas para orientarse en el espacio tridimensional.

"Hablan" pero no lo expresan

Los científicos demostraron que aunque los pequeños no lo expresen en voz alta, desarrollan el lenguaje en su cerebro. Lo demostraron con estudios que miden la actividad del cerebro después de los tres meses.

Si escuchan AAAA y les muestran cartones, los bebés fijan más la vista en las imágenes que tienen 4 objetos."

Monday, September 24, 2012

SOCIEDAD - Crearon el primer mapa 3D completo del cerebro humano - ARGENTINA

 

Fue desarrollado por científicos de EE.UU. Aseguran que servirá para conocer qué causa trastornos neurológicos y psiquiátricos.
 
Mapa 3D del cerebro humano

 

         

El funcionamiento del cerebro humano, uno de los grandes enigmas que desde siempre atrae a la ciencia, va develando de a poco sus secretos. Un grupo de científicos de Estados Unidos creó un gran mapa del cerebro de una persona adulta, el primero de este tipo en el mundo , que muestra la actividad de los genes en todo el órgano. Sus creadores aseguran que servirá para conocer, en un futuro, los factores que causan los trastornos neurológicos y psiquiátricos.

El mapa fue creado a partir de análisis genéticos de cerca de 900 partes específicas de dos cerebros “clínicamente comunes y corrientes”, donados por dos hombres (uno de 24 años y el otro de 39), y de medio cerebro de un tercer individuo.

Los investigadores del Instituto Allen para la Ciencia del Cerebro de Seattle, liderados por Michael Hawrylycz, señalaron que este mapa servirá de referencia para que ellos y otros colegas puedan comparar la actividad genética de cerebros enfermos para arrojar luz así sobre factores que están detrás de condiciones psiquiátricas y neurológicas .

“El cerebro humano es la estructura más compleja que conoce la humanidad y uno de los mayores desafíos de la biología moderna consiste en comprender su conformación y organización”, comentó Seth Grant, profesor de Neurociencia Molecular en la Universidad de Edimburgo, en Escocia, que trabajó en este mapa. “ Esto nos permite, por primera vez, cubrir al genoma humano del cerebro.

Nos brinda básicamente la clave para comprender la conexión entre el genoma y el cerebro y nos aporta una camino hacia el futuro para poder decodificar cómo los trastornos genéticos impactan y generan enfermedades cerebrales”, agregó el especialista.

El poder del cerebro deriva de sus conexiones nerviosas, su variedad de células y estructuras, y en última instancia de dónde y cuándo los diferentes genes se activan y desactivan en toda su masa de tejido, que pesa 1,9 kilo.

A partir de las más de 100 millones de mediciones que se realizaron en los cerebros analizados, algunas en nada más que unos pocos milímetros cúbicos, los científicos descubrieron que el 84 por ciento de los genes son activados en alguna parte de este órgano . La actividad genética en regiones contiguas de la corteza, esa gran superficie rugosa del cerebro, era similar pero diferente de la vista en las partes inferiores, como el bulbo raquídeo.

Un análisis más detallado de la corteza mostró patrones en la actividad genética que se correspondían con regiones con papeles específicos del cerebro, como las funciones sensorial y de movimiento. El mapa no mostró ninguna división importante de la actividad genética en los costados derecho e izquierdo del cerebro, lo que sugiere que la habilidad o destreza que maneja un hemisferio, como el lenguaje, proviene de diferencias más sutiles que las que pudo detectar el estudio.

A pesar de que los cerebros analizados provenían de hombres de edad y grupo étnico similares, el patrón de actividad genética era tan parecido que los investigadores sospechan que existiría una suerte de plan de acción común. Los científicos ya habían elaborado mapas genéticos similares para los roedores, pero la escasez de cerebros humanos donados, su tamaño y la naturaleza destructiva de los análisis hacían ver que el equivalente humano era un desafío mayor.

En el artículo que escribieron para la prestigiosa revista inglesa Nature –que publicó la investigación como principal tema de su portada–, los científicos describen cómo escanearon los cerebros donados y cómo los cortaron luego en pedazos. Midieron en cada uno de ellos los niveles de actividad de los 20 mil genes del genoma humano.

El mapa, que superpone los resultados genéticos en una imagen tridimensional del cerebro , está disponible libremente en Internet para que todos los investigadores lo puedan usar. Sólo hay que descargar una aplicación, disponible sólo en inglés para computadoras Mac o que corran bajo Windows, desde la dirección www.brain-map.org .

Grant adelantó que en los futuros estudios intentarán relacionar al mapa cerebral genético con otros estudios genéticos o escaneos cerebrales de cerebros anormales o enfermos. Esto podría poner al descubierto los genes que juegan un papel en las enfermedades cerebrales e indicar el camino para tratamientos.

Saturday, July 14, 2012

CULTURA Y CIENCIA - ESPAÑA

Mundos interiores

El cerebro alberga una gran colección de mapas interiores que van interpretando los datos crudos que recibimos del mundo. Varios libros exploran la naturaleza de las facultades mentales e indagan en las teorías más radicales sobre la neurobiología


Células de neuroblastoma I diferenciándose en cultivo (Wittmann), University of California (UCSF), San Francisco, de la exposición 'Paisajes neuronales'.
El cubo de Necker tiene dos posibles interpretaciones: un cubo visto desde arriba o desde abajo. Es condenadamente difícil ver las dos a la vez. Tú sabes que están allí, pero cuando miras el dibujo solo ves una de ellas, generalmente la vista desde arriba. Pero basta que mires el dibujo un buen rato para que el cubo flipe a su otra interpretación. Como sucede con la joven y la vieja, o con la vasija y los perfiles, la información que te entra desde los ojos es siempre la misma, pero alguna parte de tu cerebro —eso que tú llamas yo— está oscilando entre dos percepciones, entre dos estados de consciencia. Más aún: con un poco de práctica, puedes dar una orden voluntaria a tu córtex visual para que te presente una imagen o la otra. ¿Qué quiere decir esto?

Nuestro cuerpo está representado en dos tiras verticales de cerebro, un poco por encima de cada oreja. Es el famoso homúnculo somatosensorial, esa figurilla deforme y horripilante de enorme boca y grandes manazas, en justa proporción a las zonas de la piel que le mandan más información sobre lo que tocan: sobre su textura y su temperatura, sobre su forma, también sobre su capacidad para hacer daño. Como nuestro cuerpo es un objeto situado en el mundo físico, y como su geometría es coherente con las coordenadas del entorno —un delante, un detrás, dos lados con la simetría familiar de los espejos—, el homúnculo somatosensorial es en realidad un mapa del mundo. Representa la realidad tal y como la percibe el sentido del tacto, nuestro contacto físico con las cosas.

Nuestra mente es en parte una colección de mapas interiores de ese tipo, aunque muchos no posean una topografía tan evidente como la del homúnculo, ni tan desagradable de observar. Lo primero que hace el córtex auditivo —tampoco muy lejos de las orejas, ni del homúnculo que representa nuestro cuerpo— con la masa sonora que le llega del mundo exterior a cada instante es clasificarla por sus frecuencias acústicas: como notas en la escala musical, casi literalmente. En el córtex visual, allí atrás en la nuca, los homólogos de las notas musicales son las inclinaciones de las fronteras entre la luz y la sombra.

Zonas del cuerpo, notas en la escala, secuencias ordenadas de ángulos, series de fonemas: mapas de los distintos ejes del mundo.

Aprender a leer aumenta literalmente la materia gris en las áreas fonológicas del córtex cerebral
Puesto que, redondeando un poco, esos mapas encarnan toda la información que recibimos del mundo, se sigue forzosamente que el contenido de nuestra mente —las imágenes y las imaginaciones, el ruido de un motor que se acerca y la comprensión de la estructura de una sonata, la jerigonza absurda de un bebé y el verso profundo de un poeta— son elaboraciones internas del córtex cerebral, resultados de un proceso en gran medida inconsciente que va interpretando los datos crudos del mundo, extrayendo sus pautas e integrándolos en una geometría coherente: una que sea compatible con el mundo, pero también con lo que ya habíamos aprendido del mundo, de sus regularidades, de sus correlaciones, de sus patrones arquitectónicos.

Lo que tienen en común todos esos procesos, por todo lo que conocen hoy las neurociencias, es un mecanismo de abstracción progresiva. Los fonemas se abstraen en sílabas, raíces y sufijos, luego en nombres y verbos, después en oraciones simples que valen por un nombre o por un verbo dentro de una frase compuesta de mayor jerarquía. Parece el trabajo de un gramático, pero también es la operación estándar de nuestro córtex. Lo es de nuestro córtex lingüístico, una de las adquisiciones más importantes de la evolución de los homínidos, pero también del resto del córtex, que es un logro evolutivo muy anterior al lenguaje. Anterior en cientos de millones de años, por ponerle una datación conservadora. Porque lo que llamamos ver se basa en un proceso similar.

La visión empieza, como vimos antes, con una secuencia ordenada de las inclinaciones que muestran las fronteras entre la luz y la sombra. Esa clasificación ocurre en la región más primaria del cerebro visual, que se llama, no muy inspiradamente, V1. Las unidades funcionales del córtex, o al menos del córtex visual, se llaman columnas y tienen el tamaño de una mina rota de uno de esos lápices recargables. Imagina miles de ellas apiladas como vasos de tubo en una bandeja.


En V1, una columna se activa en respuesta a las fronteras horizontales, la de al lado en respuesta a las ligeramente inclinadas, la siguiente a las que están inclinadas un poco más, y así hasta una docena de columnas que completan el reloj. Como vimos, esta es la información elemental con la que las áreas visuales superiores generan sus modelos de las formas geométricas y de los objetos tridimensionales.
En su viaje hacia arriba (literalmente, desde la nuca hacia lo alto de la cabeza), la información se va haciendo cada vez más abstracta, paso a paso y de un modo automático. A cierta altura de esa escalera hacia lo abstracto, las columnas ya no responden a un tipo de objeto tridimensional visto en cierta orientación, sino a un tipo de objeto visto en cualquier orientación. Imagina una forma más o menos cúbica, como un edificio. Todas las orientaciones de esa forma cúbica tienden a formar una secuencia en nuestra experiencia (como al dar la vuelta al edificio). La siguiente área del córtex visual aprende esa secuencia como un todo. Así nace un concepto abstracto (cubo, aprenderá luego el niño en su clase de geometría).

Más arriba en esa jerarquía hay pequeños grupos de neuronas que significan Bill Clinton o Halle Berry, por citar dos ejemplos reales descubiertos por Christof Koch, un neurocientífico de Caltech (el instituto tecnológico de California). El reconocimiento de las letras y las palabras es otra de estas funciones de alto nivel.

Al igual que ocurría con el córtex lingüístico, las áreas visuales del cerebro forman una serie jerárquica. La primera área recibe de la retina un vulgar informe de luces y sombras (fonemas, notas musicales), pero entrega un mapa ordenado de las inclinaciones de esas fronteras (sílabas, intervalos musicales); la siguiente recibe esas líneas y entrega polígonos (palabras, acordes), que la otra convierte en formas tridimensionales, luego en conceptos geométricos abstractos, y dejo aquí los paréntesis al lector.

La teoría actual más radical sobre la neurobiología de la mente propone extrapolar ese mecanismo jerárquico de abstracción progresiva a todo el córtex cerebral. Incluidas las regiones más anteriores, o más próximas a la frente, que son las que han crecido más desproporcionadamente durante la evolución de los homínidos: las que más nos diferencian de un chimpancé, o de un australopiteco. Y que es donde un siglo de neurología ha situado nuestras más altas funciones mentales, como la autoconsciencia, la interacción social y los juicios éticos.


Pero, según la teoría radical, la única diferencia esencial entre las distintas áreas del córtex es la información que llega de abajo. Si le llegan superficies, genera objetos tridimensionales; si notas, genera melodías; si fonemas, genera sílabas; si nombres y verbos, genera frases. Ya ves la idea general. ¿Alguna propuesta para generar una metáfora? ¿O una teoría científica? Recuerda que también esas son funciones del cerebro, o al menos de algunos cerebros.

¿Qué dice todo esto sobre la naturaleza innata o aprendida de las facultades mentales? No gran cosa, en realidad. La capacidad del lenguaje, por ejemplo, es en gran parte innata en nuestra especie. Hay un “órgano mental del lenguaje”, como predijo Chomsky a mediados del siglo XX. Pero ¿qué pasa con la escritura y la lectura? La capacidad innata del lenguaje no evolucionó asociada a la visión, sino al oído. Hasta hace 5.000 años todo el lenguaje era hablado, y ese es un lapso demasiado fugaz para que la evolución invente un “órgano mental de la lectura”. Y sin embargo, los niños aprenden a leer de todos modos.

Las evidencias experimentales muestran que el aprendizaje de la lectura refuerza las conexiones entre la información visual —la percepción de la forma de las letras y de las palabras— con un dispositivo cerebral preexistente que maneja la sintaxis y la semántica, pero que estaba dedicado a analizar sonidos, no imágenes. Aprender a leer aumenta literalmente la materia gris en las áreas fonológicas del córtex cerebral.

¿Y dónde está el cubo de Necker? ¿Ahí fuera en el mundo físico? ¿O tan solo dentro de tu mente cansada? Vaya, eso es otro cubo de Necker

Sunday, July 8, 2012

TECNOLOGIA / CIENCIA - PARAGUAY


Hallan un área del cerebro que sólo se activa ante un rival digno

El ser humano es una criatura eminentemente social. Aun así, la mayoría de zonas del cerebro destinadas a la interacción con otras personas trabajan también durante los comportamientos individuales. Un grupo de investigadores de la Universidad de Duke ha descubierto una región, la conjunción temporal-parietal (CTP), que sólo entra en funcionamiento cuando se interactúa con otro individuo. Y además sólo lo hace si lo considera importante para sus intereses. Reproducimos nota de ABC.es.

Domingo, 8 JUL 2012 - 10:00 |

Top of Form


Los científicos responsables de esta investigación diseñaron una versión muy simplificada del póquer y pusieron a jugar a un grupo de personas, entre sí y contra un ordenador. Durante las partidas analizaron la actividad cerebral de los participantes mediante una Imagen por Resonancia Magnética funcional (IRMf), y descartaron las zonas que se activaban tanto contra un rival humano como contra un rival informático. Hasta que sólo quedó la conjunción temporal-parietal.

Pero se dieron cuenta de que, aunque la CTP sólo se activaba en competición contra humanos, tampoco entonces lo hacía siempre. Es necesario que la persona perciba que la otra es importante. Es esta misma región del cerebro la que determina, cruzando información biológica con información sensorial, primero si está ante otro individuo, y después si es un rival digno.

A través de mediciones en tiempo real de la conjunción temporal-parietal, los investigadores pudieron predecir la jugada —apostar más o pasar— de un humano contra otro, aproximadamente un 75% de las veces. Cuando se jugaba contra un ordenador, como el TPJ no se activaba, era imposible hacer predicciones —aunque sí utilizando otras zonas del cerebro—.

El TPJ no sólo se activa en situaciones de confrontación. «Probablemente también entra en acción cuando se participa en algo positivo, colaborativo», aseguró McKell Carter, lider de la investigación. Durante los experimentos se observó que, por lo general, los participantes prestaban más atención a sus rivales si estos eran humanos. Algo, afirmó, «coherente con la tendencia humana a ser sociales».

«Hay diferencias neuronales fundamentales entre las decisiones tomadas en situaciones sociales y las que no lo son», afirmó Huettel, co-autor del trabajo. «La información social puede provocar que nuestro cerebro aplique unas normas diferentes que con información no-social», aseguró. «Es importante tanto para los científicos como para los legisladores conocer los mecanismos de toma de decisiones en ambos contextos».

Entender los mecanismos por los que el cerebro identifica competidores y colaboradores relevantes, en definitiva, puede facilitar a comprender mejor algunos mecanismos sociales como la deshumanización o la empatía. (Fuente: ABC.es).


Sunday, May 27, 2012

SOCIETY / HEALTH - INDIA

Tricks to activate both sides of brain


Though one side of your brain is dominant, a few tricks can activate both hemispheres so you can be both creative and logical



Aman paints with his brains, not with his hands. When painter Michelangelo said this 500 years ago, he did not know how far science would take this idea. The theory of lateralisation says that the human brain is separated into two cerebral hemispheres, the left and the right brain, both of which execute different functions. And painting is to do not just with the brain, but in fact, with the right side of it.

While several theories on the left-brain and right-brain dominance abound, the basics are easy. The right hemisphere controls your body's left side, and vice versa. When you use the left or logical side, you are being analytical, attentive, objective and rational. This is the part you use to process language, facts, science, math and strategies. The right side, however, is driven by feelings, beliefs, imagination and subjective thinking. It is creative, impulsive, intuitive, thoughtful and processes visuals and multi-tasks.

The brain, which works on the 'use it or lose it principle,' has often been likened to a muscle - the more you use it, the better it gets. The fact that we are either left-brained or right-brained makes it important that we improve the less-dominant side. Here are simple ways to improve the balance and the coordination between both sides. Left brain work-outs 1 From crafting the right sentence structure to perfecting spelling and grammar, the process of writing and the planning that goes behind it is one of the best ways to enhance your analytical side and stay sharp. This could mean blogging, and even social networking may not be such a 'waste of time' after all. Tweeting compels you to spruce up your communication as your thoughts are limited to only 140 characters. 2 Logic-fuelled activities such as crosswords, anagrams, Sudoku, tough math problems or a game of chess are great for stimulating the left brain. Try and crack reasoning and aptitude tests that are freely available online to boost your grey cells. 3 Being systematic, it turns out, has more advantages than improving productivity and acing time management. Making to-do lists, organising data, chalking plans for the day or maintaining a diary aid in improving your left brain. 4 Learn a new skill, activity or language. Doing so optimises left brain functions as it is good at being focused and works well with conditioning exercises. 5 READ that book, don't skim. Reading engages your mind wonderfully while skimming content and running your eyes through a page only weakens the left brain in the long run. Right brain work-outs 1 Astute observation plays a key role in developing a photographic memory. Take five minutes off to minutely observe your train station or your deskspace. Remember the details with your eyes closed, and for authentic results, record yourself while at it so you know where you stand. Doing this regularly will strengthen your powers of observation. 2 Word association, doodling and memory games help unlock your right brain's coolest weapon - creativity. If you have shied away from sketching or painting, now is the time to take up that sketch-pen or brush. Experiment...for your brain's sake. 3 Take up an art of your interest; music, painting, dance, theatre or writing, as they are all right-brain activities. Playing an instrument is a guaranteed right brain booster. While humming to your favourite tunes, make up random lyrics that rhyme. 4 Use the Japanese art of Origami to spark up your motor skills. Folding paper into fascinating shapes will push you to be more innovative with each attempt. So will making knick-knacks from junk. 5 Thinking up a strategy, visualising it and then immediately implementing it is the right brain's delight. So when you play sports such as tennis,table tennis or badminton, the right brain is at its peak.

Striking the right (and left) balance
1 Juggling demands great handeye co-ordination and gets them in action together. But to offset your habits and left or right brain dominance, try doing daily activities with your non-dominant hand. If you are right-handed, use your left hand to write, and vice versa.

2 Around 80 years ago, psychologist John Stroop came up with an interesting test to gauge the ability of brain's two sides to work together. Use alternate-colored pens to write a series of colour names but try to read only the color. So you may write 'Yellow' using a blue pen, but the challenge is to read it as Yellow and so on. This conflict-inducing test combines colour and language awareness and activates the anterior cingulate, a section of the brain that lies between the left and right hemispheres and helps resolve conflicts between them.