Showing posts with label CARIÑO. Show all posts
Showing posts with label CARIÑO. Show all posts

Monday, September 17, 2012

BUENA VIDA - Astrología y relaciones humanas: la sinastría - ARGENTINA

 

Por Jerónimo Brignone / Especial para Buena Vida

Qué tantas coincidencias mantenemos con quienes nos relacionamos, de qué manera esos vínculos podrán evolucionar. Mucho más compleja que la promocionada “compatibilidad” entre los signos, esta herramienta va a lo profundo del simbolismo astrológico.
 
La sinastría, herramienta de conocimiento astrológico sobre los vínculos y sus posibilidades
La sinastría, herramienta de conocimiento astrológico sobre los vínculos y sus posibilidades
 
12/09/12 - 15:55
Como señaló Freud en El Malestar de la Cultura, la del amor constituye para el hombre contemporáneo el sucedáneo de tantas otras experiencias de trascendencia y sublimación que en otros momentos volcaba mayormente en otros cauces culturales, tales como la religión.

Pero no es sólo el amor erótico o de pareja aquello que tanto nos preocupa a todos, sino el vasto y complejo mundo de las relaciones en general: familiares, de amistad, laborales, etc.

Sobre todo en esta época en que, reducida nuestra capacidad de sensación de acción plena y efectiva sobre la sociedad, cuya responsabilidad pareciera quedar librada a poderosas y omnipresentes multinacionales, redes informáticas, mediáticas, económicas y estatales, nos vemos más librados a nosotros mismos, al cultivo de nuestra interioridad y ésta, a través de nuestras relaciones más cercanas.

La Astrología ha abordado desde los orígenes de su práctica natal el aspecto vincular y la relación entre las cartas natales de los involucrados mediante la rama específica desarrollada a tal efecto: la sinastría.

Este nombre compone los términos syn (el “con” latino) y aster (“astro”) en algo así como “poniendo juntos los astros”.

Desde sus comienzos, en la selección de la mejor pareja (y por consiguiente, su sucesión) para los gobernantes y aristócratas romanos, medievales y renacentistas, hasta la práctica común todavía hoy día en la India de planear los padres los matrimonios de sus hijos teniendo en cuenta el referente astrológico desde pequeños, esta rama ha tenido presencia plena en la labor del astrólogo.

Más popular y moderna todavía es la noción, popularizada por los medios masivos y su astrología solar, de que cada signo tiene mayor o menor compatibilidad con otros, cosa que debemos relativizar dada la poca credibilidad de esos horóscopos, por incompletos.

La usanza más difundida entre los practicantes modernos de esta disciplina es la de verificar los aspectos entre los planetas de las dos cartas consideradas (sobre todo, las conjunciones), realizando literalmente el syn+aster.

O, también, mirar las así llamadas “cartas de relación”, que surgen de combinar de diversos modos las cartas natales involucradas.

Sin embargo las posibilidades de esta rama de la Astrología son mucho más numerosas, y las múltiples propuestas diferentes y eficaces que el siglo XX ha ido produciendo son quizá menos conocidas por muchos cultores de este saber ancestral.

El psiquiatra suizo C. G. Jung intentó comprobar en una estadística informal las interrelaciones más clásicas que deberían darse entre parejas constituidas, tales como el Sol de uno en conjunción al Ascendente del otro, o la Luna, los Ascendentes opuestos, etc., y los resultados de ese experimento lo llevaron a dar un paso más adelante en su teoría de la sincronicidad o “coincidencias significativas”.

Central a la teoría de este pensador es la noción de “proyección”, es decir, cómo algunos contenidos que son parte de nuestra propia psique son depositados o actuados por terceros significativos en nuestras vidas, y viceversa, determinando la dinámica de una relación.

La Astrología muestra esta tendencia de un modo muy elocuente, indicando de esta manera cuáles con los principales temas que serán motivo de atracción y crecimiento en los miembros de una relación, así como los potenciales negativos o positivos de ésta, es decir, agradables y armónicos o desagradables e inarmónicos. Del mismo modo, las fortalezas y debilidades de vínculo a ser aprovechadas o trabajadas.

Para ir al caso opuesto de las relaciones establecidas de pareja, encontramos, por ejemplo, en las Sinastrías de víctimas de asesinato con sus victimarios un contundente y por ello escalofriante protagonismo de los planetas así llamados “maléficos”, así como grandes cantidades de los aspectos y casas que tradicionalmente reciben ese mismo nombre. ¿Casualidad?

Al relacionarnos con una persona constituimos una unidad mayor que nos trasciende a ambos y que tiene tanto una identidad como ciertos objetivos prioritarios, los que a menudo van más allá de nosotros y superan nuestras características individuales, conformando una nueva totalidad que aparece mágicamente reflejada por el simbolismo astrológico, que se configura nuevamente como un retrato y una brújula en nuestro camino.


Jerónimo Brignone es presidente y director del Caba, Fundación Centro Astrológico de Buenos Aires, entidad con más de 50 años de actividad y reconocimiento internacional. También dicta clases en la UBA

www.astrolcaba.com.ar

Saturday, September 15, 2012

SOCIEDAD - El misterio del abrazo: ¿experiencia erótica o química del amor? - ARGENTINA

 


Los hay entre hombre y mujer; entre padre e hijo; entre amigos. Puede significar amor, pasión, contención, simplemente cariño, o compasión. Lo cierto es que el abrazo es necesario, hace bien. Pero, ¿por qué? En esta nota develamos la incógnita.

Los hay entre hombre y mujer; entre padre e hijo; entre amigos. Puede significar amor, pasión, contención, simplemente cariño, o compasión. Lo cierto es que el abrazo es necesario, nos hace bien. Y las preguntas surgen, inevitables: ¿es una simple trasmisión de emociones, en la que el contacto físico se impone, o es un complejo proceso químico que nos despierta diferentes sensaciones? ¿Qué rol ocupa el otro? ¿Cómo percibimos, nosotros, su significado?

“El abrazo es una conducta fraternal, de ternura o de amor, que activa la función del apego, además de inhibir la ansiedad social que produce la existencia de otro. El contacto de los cuerpos incrementa sentimientos agradables de cariño, pasión, alegría, altruismo o incita el deseo sexual”, explica el doctor Walter Ghedin, médico psiquiatra, psicoterauta y sexólogo.

¿Por qué los necesitamos?

Que los abrazos son fundamentales es indiscutible. Y lo son en todas las etapas de nuestra vida. Estudios científicos realizados con bebés y niños pequeños sostienen que la ausencia de contacto físico no solo genera la muerte de neuronas en sus cerebros sino que, también, impide la producción de una cantidad suficiente de hormona del crecimiento dando lugar a un problema que se conoce como “enanismo psicosocial”. Como si esto fuera poco, otras investigaciones recientes revelan que los cerebros de los bebés que no son acariciados son un 20% más pequeños que los de los que sí son cuidados con gestos afectuosos.

Pero a medida que los años pasan seguimos necesitándolos. Y, tal vez, aún más. “Se ha comprobado que durante el abrazo se liberan hormonas reductoras del estrés y potenciadoras de bienestar y placer. La oxitocina (conocida como “la hormona del amor”) tiene el beneficio de disminuir los niveles de cortisol (la hormona del estrés), por lo tanto, baja la ansiedad, relaja, atenúa las preocupaciones, disponiendo los cuerpos para el encuentro”, detalla Ghedin.

El erotismo del abrazo

La oxitocina interviene en todo tipo de apego o unión física. “En el área sexual se libera durante el juego previo, la estimulación genital, la eyaculación y el orgasmo. Es una hormona que ayuda a tomar la iniciativa y dispone el cuerpo y las emociones a la experiencia erótica”, dice el profesional. Y agrega: “Se ha comprobado, además, que ayuda a “olvidar” las conductas de aversión, favoreciendo al encuentro sexual en personas fóbicas o temerosas”. El ritmo de secreción diario de esta hormona tiene picos bajos durante la mañana y se incrementa durante la noche.

Además, “el abrazo libera también endorfinas, que son péptidos secretados por la hipófisis ante diferentes estímulos. Ellas son potentes analgésicos y potenciadores de los centros del placer. Se incrementan con las caricias, el juego erótico, la risa, la eyaculación y el orgasmo y producen sensación de bienestar”, detalla el doctor Ghedin.
 
Necesarios, esenciales en el encuentro con el otro, más allá de los procesos químicos y hormonales que desencadenan, los abrazos son transmisores de amor y afecto. Abrazá y dejate abrazar