Lolola nimina". De esta manera, cuya traducción del lenguaje infantil al
castellano sería "Señora divina", la niña Rosario Ambrosini, hoy una actriz de
58 años, se refería a Cristina Morán cuando la veía en televisión. Varias
décadas y trabajos conjuntos después, se han transformado en amigas
inseparables. María Filippi (53), también actriz, también forma parte de ese
grupo íntimo que se reúne siempre que sus obligaciones lo permiten; Carmen
Morán, hija de Cristina, suele unírseles. Las carcajadas resuenan en el céntrico
bar San Rafael. Rosario cuenta de la inminente llegada de un sobrino-nieto, para
alegría de todas. Más allá de "la química" o las "posturas similares ante la
vida", ninguna puede dar una explicación racional a ese sentimiento. Desde hace
unas dos décadas son amigas y punto; y eso no se discute más.
La diferencia de edad no se nota. "Yo entré a trabajar a la radio a los 17
años y cambié todo mi ritmo de vida, por eso no tengo amistades de décadas
atrás", dice Cristina sin sombra de tristeza. "Yo no acepto la separación por
generaciones. Cuando nos juntamos… ¡somos tan bobas que lo que hacemos es
pasarlo bien, reírnos! A mí me gusta mirar para adelante. Tengo 81 años, ¡qué
voy a andar mirando para atrás!", larga la carcajada "Lolola", como aún la llama
Rosario, amparada por la intimidad de ese micromundo que les pertenece a ellas.
A diferencia de lo que ha pasado con el amor, la psicología ha indagado poco
el tema de la amistad, admite Alba Fernández, psicoanalista y docente en la
Universidad de la República (UdelaR), pese a que es un sentimiento fundamental
para el desarrollo humano que surge desde la infancia (ver aparte), además de un
indicador de salud mental que incluso repercute físicamente. Fernando García,
filósofo y filólogo, habla de una base que comienza en "reconocer al otro como a
un igual". La antropóloga Anabella Loy la define como una mezcla de "tiempo,
confianza, afinidad, generosidad, empatía, aptitud para compartir la vida del
otro y disposición para dar una mano", tras reconocer que "no hay consenso"
sobre la etimología de la palabra.
Pero, tal vez para usted, todo lo que emana de estas ciencias humanas es
chino básico. Hoy posiblemente esté más preocupado aprontando el asado, o la
raviolada, o una picada, esperando a sus amigos. Esos con los que compartió
festejos y velorios; con quienes hubo y hay aperturas descarnadas, silencios a
respetar, códigos no escritos en común; esos tan semejantes o tan
complementarios con quienes hay un pasado común, lealtades y proyectos que se
confiesan y se consultan, porque realmente quiere saber sus opiniones. Son
hermanos de distinta sangre que usted eligió como compañeros de ruta. Se siente
bien con ellos y se sentirá mejor luego de ese encuentro. Aún así, mientras
prepara esta reunión, ¿alguna vez pensó cómo comenzó todo?, ¿cómo se define esta
relación y qué es lo que la sustenta?, y ¿qué beneficios le puede aportar este
vínculo fraternal?
¿SOMOS AMIGOS O NO? Dentro de tantas preguntas de difícil respuesta, a la
psicóloga Fernández le gusta una afirmación del filósofo francés Gilles Deleuze
sobre la gestación de la amistad: "Ahí, donde nosotros nos enganchamos al otro,
ocurren cuestiones muy sutiles, hasta gestuales". Entonces, es muy difícil de
descifrar lo que atrae primero y amiga después, sea desde la semejanza o la
complementariedad.
A pesar de todo esto, pocos sentimientos han sido tan resaltados por la
cultura popular, desde el tango a las series televisivos, hasta casi
sacralizarlo. Y acá toda pretensión teórica queda subordinada. Eso sí, la
pregunta "¿Qué es un amigo para vos?" invariablemente provoca unos segundos de
silencio. Luego, las respuestas surgen solas, producto siempre más de bucear en
la experiencia vital que de cualquier análisis filosófico. Y hay tantas
respuestas como personas; o amigos.
"Un amigo es el hermano que elegís para que te acompañe en la vida. Es
alguien que saca lo mejor de vos y que vos sacás lo mejor de él", responde
Gonzalo Camarotta (35), conductor radial, cuyo grupo más íntimo lo acompaña
desde hace un cuarto de siglo. Entre ellos está Salvador Banchero: ayer
compañeros de escuela, hoy y desde hace una década, conductores y responsables
de Justicia Infinita (Océano FM). "Además de todo, con él llevamos diez años
trabajando juntos y la relación no se resintió; ¡más prueba de fuego para una
amistad que esa, difícil! Él (Salvador) es un tipo del que, si yo algún día me
separo, significa que algo estoy haciendo mal", añade Camarotta. "No sé si
(Gonzalo) será mejor amigo que los amigos de otras personas pero tampoco me
importa. Me alcanza con saberme orgulloso de contar con un tipo como él del modo
en que lo hago", afirma Banchero. Ambos ponen en palabras a esa entelequia
llamada "amigo del alma".
"Un amigo es un complemento a vos, no sólo una compañía. Es alguien con el
que contás y cuenta contigo", dice Camila Cibils (27), periodista de Canal 10.
Ella aún se reúne siempre que puede con sus amigas del bachillerato del Zorrilla
Maristas, el período de su vida más rico en esos vínculos. ¿Por qué? Esa es otra
pregunta de difícil respuesta. "A un grupo de amigos no lo elegís; ese se forma
naturalmente por afinidades, por caerse bien y, aunque suene medio veterano
(sic), por valores comunes".
Gabriel Varela (50), despachante de aduana, dice creer "más en los lazos de
amistad que en los de sangre". Uno de los integrantes de su barra, surgida hace
35 años ahí por Nuevo Malvín, lo nombró padrino de su hijo. "Eso fue un orgullo
y una emoción que no me esperaba". Amigos, amigos del alma y ahora compadres,
una progresión perfecta.
La máxima "un amigo se elige, un familiar no", se toma como un dogma; otra,
"conocidos hay muchos, los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de una
mano", también. La cultura "de la calle" le ha dado más marco conceptual a la
amistad que la academia; y también ha alimentado varios axiomas populares. Sin
embargo, las ciencias sociales han acabado dándoles varias veces la razón. Alba
Fernández es de la idea de que "es imposible sostener varias amistades profundas
al mismo tiempo". Más lejos aún fue su colega español José Zacaggnini, docente
de la Universidad de Málaga, quien en su estudio Amistad y bienestar psicológico
(2010), aseguró que una persona "normalmente tiene hasta cuatro amigos íntimos";
en cambio, según este autor, los "amigos circunstanciales" (compañeros de
trabajo, estudio u otra organización social) pueden superar los cien.
¿AMIGOS PARA SIEMPRE? ¿Un amigo es para toda la vida? La película uruguaya
Flacas Vacas muestra en tono de comedia cómo el tiempo puede escorar una vieja
amistad. El compinche de juegos y travesuras infantiles no tiene por qué ser el
compañero de salidas o el confidente en la adolescencia; ni este último sabrá
ofrecer su hombro y su voz para soportar los golpes de la vida (sumarse a la
euforia es algo mucho más fácil), requisito necesario para recibirse de
compañero de ruta. Si de pensamiento filosófico se habla, Fernando García cuenta
que Aristóteles ponía a la confianza y al tiempo como condiciones fundamentales
para la amistad; pero Friedrich Nietzsche, en cambio, "afirmaba que ese vínculo
era algo temporario", siempre preparado para partir. No en vano, Nietzsche
basaba muchas de sus teorías en el nihilismo.
Pero hay amistades que representan un tiempo y un lugar. Hace poco, Ernesto
García (36), docente, aceptó jugar al fútbol con sus viejos compañeros del liceo
salesiano al que asistían hace casi dos décadas. Con tres de ellos, pese a que
siguieron carreras muy distintas, ha mantenido un vínculo muy cercano hasta hoy.
"En los peores días de mi vida yo miraba para atrás y ahí estaban ellos,
acompañándome; y el día que nació mi hija también estuvieron pendientes". Con el
resto, solo había los buenos recuerdos típicos de toda adolescencia. Tiempo
pasado. "Lo cierto es que ya durante el partido, sentí unas ganas infernales de
borrarme. Algo como `¿qué estoy haciendo acá?`. No había casi tema de
conversación con la mayoría. `¿En qué andás?`, `Ah`, y todo eso, y nada se
profundizaba, y nada parecía interesar demasiado... Es cierto eso que se dice
que la vida te separa, pero también es cierto que con algunos vos elegís
mantener un contacto", reflexiona. Eso sí, no pudo explicar bien qué es lo que
hizo escoger a uno sobre otro. "Supongo que fue la química", aventura, ajeno a
cualquier sesuda reflexión.
"El concepto varía con la edad, sin dudas", sostiene la antropóloga Loy. "Se
modifica porque la vida es una dialéctica de cambio y permanencia". Del juego
infantil a los desafíos del mundo adulto que surgen en la adolescencia. "Con la
madurez temprana resaltan las afinidades, los intereses comunes y la
consolidación de las certezas de las lealtades conformadas", agrega. El
psicólogo Álvaro Alcuri se pone dramáticamente poético: "La amistad habla de
compañeros de viaje, pero si el viaje es escabroso, lamento informar que los
perdemos. Algunos, yo diría los especiales, esos que los encontrás raramente en
la vida, aguantan todos los cambios, pero son excepciones. Quizás sean esas
excepciones y solamente esas, lo que uno llama `amigo-amigo`". Para este
especialista, "lo más frecuente es hacer amigos en las etapas del desarrollo que
tienen comienzo y fin" (como la adolescencia). Lo ideal, añade, es tener la
habilidad para seguir haciéndolos a lo largo de la vida.
La lealtad, el preocuparse por el otro, el cultivar la relación; todas esas
son "recetas" para mantener el vínculo; vínculo que necesariamente debe
acompasar el paso del tiempo. Elena Alonso (79), jubilada, mantiene amistades
que datan de 60 años con las que se ve regularmente. "El humor es una de las
cosas que todavía nos mantiene juntas, el cariño, el ser afectuosas, el estar
cuando el otro lo necesita… eso siempre tiene que ser igual. Los intereses
cambian porque cambia tu forma de ser. Ahora, bien cosa de viejos, el tema de la
salud es primordial. Luego están los hijos, los nietos… Y es gente a la que le
contás lo que sentís, más a él que a un hermano. Un amigo es como un psicólogo,
pero gratuito y con amor".
Pero hay cosas que se mantienen, o deberían mantenerse, incambiadas. Para la
psicóloga Alba Fernández lo básico de una amistad no cambia a través del tiempo:
la necesidad del otro. "El otro trae algo diferente que siempre es algo fresco,
algo que nos permite un cambio de posición, que nos permite orientarnos hacia
otro lugar". Posible conclusión: la función puede seguir siendo la misma; el
amigo no.
LA AMISTAD, REMEDIO INFALIBE. Como sea, el que dice que un amigo es un tesoro
tiene razón. Y un tesoro beneficioso. Alba Fernández estudia la función
terapéutica de la amistad. Para ella, tanto la palabra de quien "por la
intimidad y la confianza sabe decir una verdad en un momento justo y adecuado"
como su sola presencia, alivia un momento duro y permite ver una situación
dolorosa desde otro lado. Eso ayuda a vislumbrar un "cambio de perspectiva"
necesario, función natural de un verdadero amigo. El humor, fruto de ese
conocimiento mutuo, "permite pasar de una posición más dramática a una que
permita una salida, que todo puede verse desde otro lugar", añade.
Además, distintos estudios han concluido que la amistad prolonga la vida,
ayuda a la estabilidad laboral y mejora la salud cardiovascular (ver cifras).
Sin dudas, tener amigos es sano. Desde la filosofía, aparte, se considera que el
no reconocer al semejante como un igual -o sea, descartar el principio por el
cual se puede configurar una amistad- "implica la degradación de los lazos
sociales y la proliferación de la violencia, ver al otro como un mero objeto,
incluso al que puedo dañar", de acuerdo con Fernando García. Una traducción
válida a este razonamiento: una persona con amigos es menos violenta.
Ahora, ¿qué es lo que hace que dos individuos terminen siendo amigos? ¿Cómo
encontrar esas cuestiones tan sutiles de las que hablaba Deleuze? Responder eso
es tan difícil como explicar el porqué del enamoramiento o del fanatismo por un
equipo de fútbol. "Es solamente caerse bien", indica Camila Cibils, improvisando
una traducción válida y sumamente terrenal de aquel concepto de Deleuze.
Aristóteles una vez definió a la amistad como "un alma que habita en dos cuerpos
y un corazón que habita en dos almas". Definitivamente, querer explicar la
amistad es como tratar de entender el amor (y ambos sentimientos están tan
relacionados, que Lord Byron decía que "la amistad es como el amor, pero sin sus
alas"). Se lo siente, se lo tiene, se lo cuida, o no.
SENTIMIENTO QUE NACE DESDE NIÑO
"Desde muy pequeños tenemos esa necesidad de lo que en principio se llama `la
conquista del otro`. Eso refiere a la necesidad del otro y de ser amados. Sin
bien aparece en el ámbito familiar inauguralmente, es en el amigo que por
primera vez el niño encuentra una figura de paridad y semejanza, algo totalmente
distinto a lo que ocurre en el seno familiar. Es allí donde se encuentra una
riqueza". Así explica la psicoanalista y docente de la Facultad de Psicología de
la Universidad de la República (UdelaR), Alba Fernández, los orígenes del
sentimiento de amistad.
LAS CIFRAS
22%
Más chance de vivir de una persona mayor a 70 años si tiene vínculos de
amistad. (Flinders University, Australia, 2005).
7 a 1
Más posibilidades de rendir mejor en el trabajo si tiene un amigo como
compañero de tareas (Gallup, 2006).
50%
Menos probabilidades de sufrir una crisis cardiovascular si se cuenta con
amigos (revista especializada Heart, 2003).
MITO 1
Límites de un vínculo "sin reglas"
¿A una amistad no hay que ponerle reglas ni límites? El psicólogo español
José Zacaggnini la definió como "la más libre de las relaciones
interpersonales". En Uruguay, su colega Alba Fernández agrega que se trata "del
único lazo social que no está regulado, por ejemplo en aspectos jurídicos".
Pero en la práctica, este vínculo está repleto de normas tácitas que deben
cumplirse a rajatabla. Y como en todo lo que refiere a relaciones humanas, cada
caso es un mundo.
Hay quienes enfatizan que no pueden existir secretos entre amigos ("Si somos
amigos, ¿cómo no me vas a decir qué te pasa?") y otros son sostenedores de la
premisa que hay que respetar el silencio de ese compañero de ruta ("Cuando me
quieras hablar, acá estoy"). La actriz Cristina Morán sostiene que ser amigo y
compartir todo no son la misma cosa: "A veces hay que saber aguantarse en el
molde, apartarte o acercarte cuando corresponda". El despachante de aduana
Gabriel Varela supone la tesis contraria: "Si realmente tenés confianza, no
tenés porqué respetar los silencios".
MITO 2
Emociones, juegos y lealtades
¿La amistad entre hombres es más lúdica o la existente entre mujeres tiene un
componente más catártico? La antropóloga Anabella Loy reconoce que, si bien no
existe un molde para las relaciones, entre las mujeres las conversaciones giran
más en el plano de las relaciones afectivas mientras que entre los hombres
refieren más "al ámbito público". Entre ellos, es común afirmar que los temas
más personales son reservados para un mano a mano con el amigo más íntimo
-alcohol de por medio y tango de fondo, para completar la caricatura- y no para
"la barra".
Otro preconcepto sostiene que hay mayor lealtad entre los varones. Loy
discrepa con este punto. "Eso trasluce, implícitamente, que las mujeres no son
leales entre sí. Eso no tiene el menor fundamento".
Vale el ejemplo de Silvia Burg, hoy escritora de 35 años. Si en algunos
grupos -incluso de hombres- es norma no meterse en cuestiones íntimas, a menos
que el involucrado lo solicite, ella y sus amigas prefirieron la acción directa.
Hace casi dos décadas descubrieron una infidelidad del novio de una de ellas. La
decisión que tomaron fue darle un ultimátum: "Tenés 24 horas para contar lo que
hiciste o lo hacemos nosotras". Ante semejante presión, no le quedó más remedio
que confesar. "Eso que improvisamos a los 17 años se volvió como una regla de
oro. Por suerte no tuvimos que aplicarla muchas veces, pero es un compromiso
tácito de cómo manjar esos asuntos", cuenta hoy Silvia, cuya barra de amigas aún
goza de excelente salud.
La definición de amistad para los lectores de El País
Digital
"Amistad es no siempre decirle al otro lo que él quiere escuchar". Alberto
Pinela (52), empleado.
"Amigo es quien está para escucharte y acompañarte incondicionalmente, es
quien te da consejos sinceros, te molesten o no, es quien comparte tus alegrías
y triunfos como si fueran propios sin envidia ni recelos. Es quien está para la
fiesta y también para el día gris". Tatiana Díaz (28), administrativa.
"Siempre y cuando no interfieran en tu vida sentimental, no creo que haya
límites en la amistad". Daniel Pérez (23), estudiante.
"Creo que los verdaderos amigos no necesitan límites, sino que sabes cuales
son y son aquellos que la sociedad impone para las relaciones personales".
Karina García (37), empleada.
"La amistad no cambia, uno puede no ver por mucho tiempo a una persona, y
cuando se ven, no hubo tiempo que los separara". Dayssi Pereira (57), ama de
casa.
"Si realmente es tu amigo no hay necesidad de poner ningún tipo de límites
porque te conoces tanto que sabes cuando hablar, cuándo estar, cuándo irte, qué
hacer o dejar de hacer". Fanny Cáceres (33), empleada.
"Es un pacto que jamás se romperá, ni en las malas ni en las buenas. Jamás
perderás a un amigo por credos o ideologías, somos hermanos dentro de esto que
llamamos planeta". Hildebrando Yeregui (80), jubilado.