Monday, May 28, 2012

SOCIEDAD / TIEMPO LIBRE - URUGUAY

Compañeros de ruta que se eligen


La amistad es considerada como la más libre de las relaciones humanas.




Lolola nimina". De esta manera, cuya traducción del lenguaje infantil al castellano sería "Señora divina", la niña Rosario Ambrosini, hoy una actriz de 58 años, se refería a Cristina Morán cuando la veía en televisión. Varias décadas y trabajos conjuntos después, se han transformado en amigas inseparables. María Filippi (53), también actriz, también forma parte de ese grupo íntimo que se reúne siempre que sus obligaciones lo permiten; Carmen Morán, hija de Cristina, suele unírseles. Las carcajadas resuenan en el céntrico bar San Rafael. Rosario cuenta de la inminente llegada de un sobrino-nieto, para alegría de todas. Más allá de "la química" o las "posturas similares ante la vida", ninguna puede dar una explicación racional a ese sentimiento. Desde hace unas dos décadas son amigas y punto; y eso no se discute más.
La diferencia de edad no se nota. "Yo entré a trabajar a la radio a los 17 años y cambié todo mi ritmo de vida, por eso no tengo amistades de décadas atrás", dice Cristina sin sombra de tristeza. "Yo no acepto la separación por generaciones. Cuando nos juntamos… ¡somos tan bobas que lo que hacemos es pasarlo bien, reírnos! A mí me gusta mirar para adelante. Tengo 81 años, ¡qué voy a andar mirando para atrás!", larga la carcajada "Lolola", como aún la llama Rosario, amparada por la intimidad de ese micromundo que les pertenece a ellas.
A diferencia de lo que ha pasado con el amor, la psicología ha indagado poco el tema de la amistad, admite Alba Fernández, psicoanalista y docente en la Universidad de la República (UdelaR), pese a que es un sentimiento fundamental para el desarrollo humano que surge desde la infancia (ver aparte), además de un indicador de salud mental que incluso repercute físicamente. Fernando García, filósofo y filólogo, habla de una base que comienza en "reconocer al otro como a un igual". La antropóloga Anabella Loy la define como una mezcla de "tiempo, confianza, afinidad, generosidad, empatía, aptitud para compartir la vida del otro y disposición para dar una mano", tras reconocer que "no hay consenso" sobre la etimología de la palabra.
Pero, tal vez para usted, todo lo que emana de estas ciencias humanas es chino básico. Hoy posiblemente esté más preocupado aprontando el asado, o la raviolada, o una picada, esperando a sus amigos. Esos con los que compartió festejos y velorios; con quienes hubo y hay aperturas descarnadas, silencios a respetar, códigos no escritos en común; esos tan semejantes o tan complementarios con quienes hay un pasado común, lealtades y proyectos que se confiesan y se consultan, porque realmente quiere saber sus opiniones. Son hermanos de distinta sangre que usted eligió como compañeros de ruta. Se siente bien con ellos y se sentirá mejor luego de ese encuentro. Aún así, mientras prepara esta reunión, ¿alguna vez pensó cómo comenzó todo?, ¿cómo se define esta relación y qué es lo que la sustenta?, y ¿qué beneficios le puede aportar este vínculo fraternal?
¿SOMOS AMIGOS O NO? Dentro de tantas preguntas de difícil respuesta, a la psicóloga Fernández le gusta una afirmación del filósofo francés Gilles Deleuze sobre la gestación de la amistad: "Ahí, donde nosotros nos enganchamos al otro, ocurren cuestiones muy sutiles, hasta gestuales". Entonces, es muy difícil de descifrar lo que atrae primero y amiga después, sea desde la semejanza o la complementariedad.
A pesar de todo esto, pocos sentimientos han sido tan resaltados por la cultura popular, desde el tango a las series televisivos, hasta casi sacralizarlo. Y acá toda pretensión teórica queda subordinada. Eso sí, la pregunta "¿Qué es un amigo para vos?" invariablemente provoca unos segundos de silencio. Luego, las respuestas surgen solas, producto siempre más de bucear en la experiencia vital que de cualquier análisis filosófico. Y hay tantas respuestas como personas; o amigos.
"Un amigo es el hermano que elegís para que te acompañe en la vida. Es alguien que saca lo mejor de vos y que vos sacás lo mejor de él", responde Gonzalo Camarotta (35), conductor radial, cuyo grupo más íntimo lo acompaña desde hace un cuarto de siglo. Entre ellos está Salvador Banchero: ayer compañeros de escuela, hoy y desde hace una década, conductores y responsables de Justicia Infinita (Océano FM). "Además de todo, con él llevamos diez años trabajando juntos y la relación no se resintió; ¡más prueba de fuego para una amistad que esa, difícil! Él (Salvador) es un tipo del que, si yo algún día me separo, significa que algo estoy haciendo mal", añade Camarotta. "No sé si (Gonzalo) será mejor amigo que los amigos de otras personas pero tampoco me importa. Me alcanza con saberme orgulloso de contar con un tipo como él del modo en que lo hago", afirma Banchero. Ambos ponen en palabras a esa entelequia llamada "amigo del alma".
"Un amigo es un complemento a vos, no sólo una compañía. Es alguien con el que contás y cuenta contigo", dice Camila Cibils (27), periodista de Canal 10. Ella aún se reúne siempre que puede con sus amigas del bachillerato del Zorrilla Maristas, el período de su vida más rico en esos vínculos. ¿Por qué? Esa es otra pregunta de difícil respuesta. "A un grupo de amigos no lo elegís; ese se forma naturalmente por afinidades, por caerse bien y, aunque suene medio veterano (sic), por valores comunes".
Gabriel Varela (50), despachante de aduana, dice creer "más en los lazos de amistad que en los de sangre". Uno de los integrantes de su barra, surgida hace 35 años ahí por Nuevo Malvín, lo nombró padrino de su hijo. "Eso fue un orgullo y una emoción que no me esperaba". Amigos, amigos del alma y ahora compadres, una progresión perfecta.
La máxima "un amigo se elige, un familiar no", se toma como un dogma; otra, "conocidos hay muchos, los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de una mano", también. La cultura "de la calle" le ha dado más marco conceptual a la amistad que la academia; y también ha alimentado varios axiomas populares. Sin embargo, las ciencias sociales han acabado dándoles varias veces la razón. Alba Fernández es de la idea de que "es imposible sostener varias amistades profundas al mismo tiempo". Más lejos aún fue su colega español José Zacaggnini, docente de la Universidad de Málaga, quien en su estudio Amistad y bienestar psicológico (2010), aseguró que una persona "normalmente tiene hasta cuatro amigos íntimos"; en cambio, según este autor, los "amigos circunstanciales" (compañeros de trabajo, estudio u otra organización social) pueden superar los cien.
¿AMIGOS PARA SIEMPRE? ¿Un amigo es para toda la vida? La película uruguaya Flacas Vacas muestra en tono de comedia cómo el tiempo puede escorar una vieja amistad. El compinche de juegos y travesuras infantiles no tiene por qué ser el compañero de salidas o el confidente en la adolescencia; ni este último sabrá ofrecer su hombro y su voz para soportar los golpes de la vida (sumarse a la euforia es algo mucho más fácil), requisito necesario para recibirse de compañero de ruta. Si de pensamiento filosófico se habla, Fernando García cuenta que Aristóteles ponía a la confianza y al tiempo como condiciones fundamentales para la amistad; pero Friedrich Nietzsche, en cambio, "afirmaba que ese vínculo era algo temporario", siempre preparado para partir. No en vano, Nietzsche basaba muchas de sus teorías en el nihilismo.
Pero hay amistades que representan un tiempo y un lugar. Hace poco, Ernesto García (36), docente, aceptó jugar al fútbol con sus viejos compañeros del liceo salesiano al que asistían hace casi dos décadas. Con tres de ellos, pese a que siguieron carreras muy distintas, ha mantenido un vínculo muy cercano hasta hoy. "En los peores días de mi vida yo miraba para atrás y ahí estaban ellos, acompañándome; y el día que nació mi hija también estuvieron pendientes". Con el resto, solo había los buenos recuerdos típicos de toda adolescencia. Tiempo pasado. "Lo cierto es que ya durante el partido, sentí unas ganas infernales de borrarme. Algo como `¿qué estoy haciendo acá?`. No había casi tema de conversación con la mayoría. `¿En qué andás?`, `Ah`, y todo eso, y nada se profundizaba, y nada parecía interesar demasiado... Es cierto eso que se dice que la vida te separa, pero también es cierto que con algunos vos elegís mantener un contacto", reflexiona. Eso sí, no pudo explicar bien qué es lo que hizo escoger a uno sobre otro. "Supongo que fue la química", aventura, ajeno a cualquier sesuda reflexión.
"El concepto varía con la edad, sin dudas", sostiene la antropóloga Loy. "Se modifica porque la vida es una dialéctica de cambio y permanencia". Del juego infantil a los desafíos del mundo adulto que surgen en la adolescencia. "Con la madurez temprana resaltan las afinidades, los intereses comunes y la consolidación de las certezas de las lealtades conformadas", agrega. El psicólogo Álvaro Alcuri se pone dramáticamente poético: "La amistad habla de compañeros de viaje, pero si el viaje es escabroso, lamento informar que los perdemos. Algunos, yo diría los especiales, esos que los encontrás raramente en la vida, aguantan todos los cambios, pero son excepciones. Quizás sean esas excepciones y solamente esas, lo que uno llama `amigo-amigo`". Para este especialista, "lo más frecuente es hacer amigos en las etapas del desarrollo que tienen comienzo y fin" (como la adolescencia). Lo ideal, añade, es tener la habilidad para seguir haciéndolos a lo largo de la vida.
La lealtad, el preocuparse por el otro, el cultivar la relación; todas esas son "recetas" para mantener el vínculo; vínculo que necesariamente debe acompasar el paso del tiempo. Elena Alonso (79), jubilada, mantiene amistades que datan de 60 años con las que se ve regularmente. "El humor es una de las cosas que todavía nos mantiene juntas, el cariño, el ser afectuosas, el estar cuando el otro lo necesita… eso siempre tiene que ser igual. Los intereses cambian porque cambia tu forma de ser. Ahora, bien cosa de viejos, el tema de la salud es primordial. Luego están los hijos, los nietos… Y es gente a la que le contás lo que sentís, más a él que a un hermano. Un amigo es como un psicólogo, pero gratuito y con amor".
Pero hay cosas que se mantienen, o deberían mantenerse, incambiadas. Para la psicóloga Alba Fernández lo básico de una amistad no cambia a través del tiempo: la necesidad del otro. "El otro trae algo diferente que siempre es algo fresco, algo que nos permite un cambio de posición, que nos permite orientarnos hacia otro lugar". Posible conclusión: la función puede seguir siendo la misma; el amigo no.
LA AMISTAD, REMEDIO INFALIBE. Como sea, el que dice que un amigo es un tesoro tiene razón. Y un tesoro beneficioso. Alba Fernández estudia la función terapéutica de la amistad. Para ella, tanto la palabra de quien "por la intimidad y la confianza sabe decir una verdad en un momento justo y adecuado" como su sola presencia, alivia un momento duro y permite ver una situación dolorosa desde otro lado. Eso ayuda a vislumbrar un "cambio de perspectiva" necesario, función natural de un verdadero amigo. El humor, fruto de ese conocimiento mutuo, "permite pasar de una posición más dramática a una que permita una salida, que todo puede verse desde otro lugar", añade.
Además, distintos estudios han concluido que la amistad prolonga la vida, ayuda a la estabilidad laboral y mejora la salud cardiovascular (ver cifras). Sin dudas, tener amigos es sano. Desde la filosofía, aparte, se considera que el no reconocer al semejante como un igual -o sea, descartar el principio por el cual se puede configurar una amistad- "implica la degradación de los lazos sociales y la proliferación de la violencia, ver al otro como un mero objeto, incluso al que puedo dañar", de acuerdo con Fernando García. Una traducción válida a este razonamiento: una persona con amigos es menos violenta.
Ahora, ¿qué es lo que hace que dos individuos terminen siendo amigos? ¿Cómo encontrar esas cuestiones tan sutiles de las que hablaba Deleuze? Responder eso es tan difícil como explicar el porqué del enamoramiento o del fanatismo por un equipo de fútbol. "Es solamente caerse bien", indica Camila Cibils, improvisando una traducción válida y sumamente terrenal de aquel concepto de Deleuze. Aristóteles una vez definió a la amistad como "un alma que habita en dos cuerpos y un corazón que habita en dos almas". Definitivamente, querer explicar la amistad es como tratar de entender el amor (y ambos sentimientos están tan relacionados, que Lord Byron decía que "la amistad es como el amor, pero sin sus alas"). Se lo siente, se lo tiene, se lo cuida, o no.

SENTIMIENTO QUE NACE DESDE NIÑO

"Desde muy pequeños tenemos esa necesidad de lo que en principio se llama `la conquista del otro`. Eso refiere a la necesidad del otro y de ser amados. Sin bien aparece en el ámbito familiar inauguralmente, es en el amigo que por primera vez el niño encuentra una figura de paridad y semejanza, algo totalmente distinto a lo que ocurre en el seno familiar. Es allí donde se encuentra una riqueza". Así explica la psicoanalista y docente de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República (UdelaR), Alba Fernández, los orígenes del sentimiento de amistad.

LAS CIFRAS

22%

Más chance de vivir de una persona mayor a 70 años si tiene vínculos de amistad. (Flinders University, Australia, 2005).

7 a 1

Más posibilidades de rendir mejor en el trabajo si tiene un amigo como compañero de tareas (Gallup, 2006).

50%

Menos probabilidades de sufrir una crisis cardiovascular si se cuenta con amigos (revista especializada Heart, 2003).

MITO 1

Límites de un vínculo "sin reglas"

¿A una amistad no hay que ponerle reglas ni límites? El psicólogo español José Zacaggnini la definió como "la más libre de las relaciones interpersonales". En Uruguay, su colega Alba Fernández agrega que se trata "del único lazo social que no está regulado, por ejemplo en aspectos jurídicos".
Pero en la práctica, este vínculo está repleto de normas tácitas que deben cumplirse a rajatabla. Y como en todo lo que refiere a relaciones humanas, cada caso es un mundo.
Hay quienes enfatizan que no pueden existir secretos entre amigos ("Si somos amigos, ¿cómo no me vas a decir qué te pasa?") y otros son sostenedores de la premisa que hay que respetar el silencio de ese compañero de ruta ("Cuando me quieras hablar, acá estoy"). La actriz Cristina Morán sostiene que ser amigo y compartir todo no son la misma cosa: "A veces hay que saber aguantarse en el molde, apartarte o acercarte cuando corresponda". El despachante de aduana Gabriel Varela supone la tesis contraria: "Si realmente tenés confianza, no tenés porqué respetar los silencios".

MITO 2

Emociones, juegos y lealtades

¿La amistad entre hombres es más lúdica o la existente entre mujeres tiene un componente más catártico? La antropóloga Anabella Loy reconoce que, si bien no existe un molde para las relaciones, entre las mujeres las conversaciones giran más en el plano de las relaciones afectivas mientras que entre los hombres refieren más "al ámbito público". Entre ellos, es común afirmar que los temas más personales son reservados para un mano a mano con el amigo más íntimo -alcohol de por medio y tango de fondo, para completar la caricatura- y no para "la barra".
Otro preconcepto sostiene que hay mayor lealtad entre los varones. Loy discrepa con este punto. "Eso trasluce, implícitamente, que las mujeres no son leales entre sí. Eso no tiene el menor fundamento".
Vale el ejemplo de Silvia Burg, hoy escritora de 35 años. Si en algunos grupos -incluso de hombres- es norma no meterse en cuestiones íntimas, a menos que el involucrado lo solicite, ella y sus amigas prefirieron la acción directa. Hace casi dos décadas descubrieron una infidelidad del novio de una de ellas. La decisión que tomaron fue darle un ultimátum: "Tenés 24 horas para contar lo que hiciste o lo hacemos nosotras". Ante semejante presión, no le quedó más remedio que confesar. "Eso que improvisamos a los 17 años se volvió como una regla de oro. Por suerte no tuvimos que aplicarla muchas veces, pero es un compromiso tácito de cómo manjar esos asuntos", cuenta hoy Silvia, cuya barra de amigas aún goza de excelente salud.

La definición de amistad para los lectores de El País Digital

"Amistad es no siempre decirle al otro lo que él quiere escuchar". Alberto Pinela (52), empleado.
"Amigo es quien está para escucharte y acompañarte incondicionalmente, es quien te da consejos sinceros, te molesten o no, es quien comparte tus alegrías y triunfos como si fueran propios sin envidia ni recelos. Es quien está para la fiesta y también para el día gris". Tatiana Díaz (28), administrativa.
"Siempre y cuando no interfieran en tu vida sentimental, no creo que haya límites en la amistad". Daniel Pérez (23), estudiante.
"Creo que los verdaderos amigos no necesitan límites, sino que sabes cuales son y son aquellos que la sociedad impone para las relaciones personales". Karina García (37), empleada.
"La amistad no cambia, uno puede no ver por mucho tiempo a una persona, y cuando se ven, no hubo tiempo que los separara". Dayssi Pereira (57), ama de casa.
"Si realmente es tu amigo no hay necesidad de poner ningún tipo de límites porque te conoces tanto que sabes cuando hablar, cuándo estar, cuándo irte, qué hacer o dejar de hacer". Fanny Cáceres (33), empleada.
"Es un pacto que jamás se romperá, ni en las malas ni en las buenas. Jamás perderás a un amigo por credos o ideologías, somos hermanos dentro de esto que llamamos planeta". Hildebrando Yeregui (80), jubilado.

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